jueves, 27 de mayo de 2010

ORIGEN EVOLUTIVO DE LA MANDÍBULA

Hablando de respiratorio, branquias y arcos branquiales ha salido a colación un fenómeno evolutivo muy notable: el origen de la mandíbula en vertebrados. Los primeros vertebrados carecían de mandíbula. La lamprea -agnato o amandibulado actual- puede ser considerado, por lo tanto, un verdadero fósil viviente. (¿Recuerdas el concepto de fósil viviente del tema de evolución de 4º ESO?)
Los vertebrados más primitivos son curiosos: carecen de mandíbula, se llaman Agnatos (comúnmente llamados lampreas) En su lugar presentan una boca permanentemente abierta con un cartílago circular y por eso se les llama también ciclostomos (boca redonda en griego). Un bicho-ejemplo es la lamprea. Es coherente con la ausencia de mandíbula su alimentación hematófaga. Lo que si tienen son unas estructuras oseas que dan rigidez a las branquias: los arcos branquiales.

El primer arco branquial, el más cercano al cráneo le sirvió a la evolución como material para hacer las primeras mandíbulas. Se "dobló" en V colocándose debajo del cráneo y formó dos estructuras que se articulan con el resto del cráneo: ya tenemos la más primitiva de las estructuras para dar bocados. Más tarde otros arcos branquiales siguieron un proceso parecido uniéndose a la articulación de la mandíbula para mejorar su funcionalidad.
Otros huesos provenientes de más arcos branquiales fueron sumándose a la fiesta en diferentes momentos de la evolución dando lugar a diferentes tipos de suspensión mandibular de nombres complicados.
Con el sonido pasó algo similar, la forma de detectar las diferencias de presión en el agua no son funcionales en el aire. Todos podemos experimentarlo metiendo la cabeza en el agua y escuchando. Gracias a un clásico truco evolutivo, cambiar la función de una estructura ya existente, un hueso de la mandíbula llamado hiomandibular se transformó en el hueso del oído que permite transmitir más eficazmente las vibraciones del tímpano al oído interno.

Las ranas cantan porque pueden oír. Y pueden oír porque los primeros vertebrados mandibulados adaptaron un antiguo arco branquial en mandíbulas y los primeros vertebrados terrestres (Crosopterigios) un hueso de la mandíbula, el hiomandibular se transformó en el estribo que forma parte de un órgano que es sensible a las vibraciones del aire, el sonido. Posteriormente hubo más modificaciones en la estructura del oido y las mandíbulas llegando a los tres huesos de los mamíferos.
Tomado del blog Tierra_chunga

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